CALAVERAS Y DIABLITOS
Por. LCFB
La palabra de
moda para todo lo que sucede en el país es corrupción.
En los discursos
de los últimos días toda la negatividad, ineficacia, ineficiencia,
inoperatividad, nulos avances, ceros acuerdos, trabas administrativas, bueno
hasta las inundaciones nacen de la corrupción.
Y sí, en ella se
gestan todos los vicios y afectaciones que como ciudadanos vivimos todos los
días, pero también en otros contextos y en otras vertientes.
Porque también
es corrupción lo que hace una dependencia al afirmar que en cierta marcha
asistieron “17 mil personas”, cuando un día antes en esa misma calle y con
contingentes similares anunciaron a “más de 100 mil asistentes”.
Corrupción es
que los medios de comunicación repliquen una cifra que conviene a sus
intereses, y en un grado más alto, salpica al reportero, columnista o
articulista que con gran valor asegura que en la marcha dominical convocado por
AMLO no se alcanzó ni los 20 mil asistentes, porque entonces pervierten a su
lector, el último de la cadena en donde ya impera más el dinero que la verdad.
Pero también es
corrupción que este mismo personaje, no aclare de dónde salieron los recursos
para traer cerca de 500 autobuses de casi todos los estados del país para que
sus seguidores pudieran escuchar su mensaje en Paseo de la Reforma.
¿De dónde salió
para la renta, para la comida, para pagar el escenario?, porque esa misma
corrupción que denuncia se fortalece con sus acciones.
Acciones que no
solamente a él involucran, porque también corrupción es no dejar ocupar un
espacio público como lo es el Zócalo u omitir un reclamo que se está saliendo
de control y preferir volar a Canadá.
Porque
corrupción es echar culpas y no buscar soluciones arguyendo que se tiene poco
tiempo en el poder, cuando se llevan tantos años en la política.
Estamos, pues,
inmersos en la corrupción por no tener esa capacidad de reclamar como
ciudadanía y de dejar que, en estos tiempos, la política se enfoque a las
eternas sucesiones, elecciones y aspiraciones, que no dejan nada, ni ganas de
votar.
Corrupción: En las organizaciones, especialmente en
las públicas, práctica consistente en la utilización de las funciones y medios
de aquellas en provecho, económico o de otra índole, de sus gestores.
Echar a perder, depravar, dañar o pudrir algo. Sobornar a alguien con dádivas o de otra
manera. Pervertir a alguien. Punto.
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